Dissabtes


Els dissabtes sempre haurien de ser així: assolellats, lluminosos, amb bones notícies. Com avui. Et despertes tranquil, com si ja ho haguessis fet tot a la vida, com si ja t'haguessis menjat el món. Tot i que saps que no és pas així, mentre apagues la cafetera i t'asseus a la punta del sofà-llit, on intueixes que no gemegarà amb el teu pes escàs. Mires per la finestra i saps que tens ganes de sortir a gaudir d'aquest dissabte que sempre hauria de ser així: assolellat, lluminós, amb bones notícies. Encens un cigarret, mentre veus al terra les botes que s'han d'enllustrar.

Dissabte passat també va ser un bon dia. Teníem celebració familiar. El petit Hayden va néixer un dia u de febrer, i el petit faraó Nil ho va fer, suposadament, un disset de març. Ens vam inventar la data perquè el van trobar abandonat fa cinc anys al costat d'una fàbrica d'Addis Abebe després de que nasqués un dia de no se sap quan. Ara parla català, amb accent de Barcelona -això m'emprenya, perquè tots nosaltres som de la terra de la boira-, i dissabte passat va bufar les espelmes amb el seu germà en un castell. Ell era a punt de fer-ne cinc, i l'altre n'havia fet nou, dies abans. El Nil té cara de nen saludable, i és guapo. Molt guapo. No s'assembla a mi en aquest sentit. No compartim genètica.

Dissabte passat no va ser un dia assolellat i lluminós com avui. Plovia darrera les finestres del castell a la terra de la boira on celebràvem els aniversaris dels petits. Després, com cada any, ells em van demanar que els acompanyés a donar pa ressec -que vam demanar a la cuina del restaurant- als ànecs del llac. Ens van deixar un paraigua gran i negre. Molt gran i molt negre. Vam caminar tots tres sota el seu aixopluc cap al llac, evitant la pluja i els tolls. Els tenia a tocar de la cintura, amb les seves caputxetes de colors -verda i vermella. El petit Hayden va fer una d'aquelles preguntes que et desarmen: "Tio, tu no et moriràs mai, oi?". Vaig apagar el cigarret que duia als llavis al terra mullat i li vaig dir que no. Que no em moriria mai. I els vam donar pa ressec als ànecs. Contents. Tots tres.

Malgrat evitar tolls i fang, em vaig embrutar les botes. Aquest matí les mirava, pobretes, amb ganes d'enllustrar-les. I portar-les a passejar aquest dissabte assolellat, lluminós i amb bones notícies. Surto cap al Turó Parc, després de posar aquest post programat per quan sigui de nit.

PD: La cançó l'he copiat de la País Secret. Gràcies.
PD: Aquest post és per a l'Emily. Gràcies per deixar-me pujar a passejar amb el teu Volkswagen nou de trinca.

Óscars 2010 a los mejores blogs (2). Mejor fotografía.















Después de desfilar por la alfombra roja, los candidatos ya están sentados en sus butacas del Blogville Theatre y, como el resto del público, centran su mirada en el escenario. Seguramente a algunos les tiemblan las piernas pensando en el discurso que van a pronunciar si resultan premiados. Se atenúa la iluminación de la sala y salen al escenario Mk y el Veí de Dalt. Ella con un traje rojo de Valentino en gasa, con volantes en el escote y en los laterales. Él con un traje negro de Adolfo Domínguez que se compró en las rebajas de 2001.

Parecen nerviosos ante el teatro abarrotado de blogueros.

-Si llego a saber que hay tanta gente me depilo las piernas -asegura el Veí.
-Si llego a saber que hay tanta gente me depilo el bigote -responde MK.
-Un retoque en las patillas tampoco te hubiera ido nada mal, querida.

Siguen con sus gags, escritos la noche anterior a toda velocidad, hasta que los primeros pitidos les hacen ver que los asistentes quieren conocer a los premiados. Por fin anuncian la primera categoría a concurso: el Óscar a la mejor fotografía.

Aparecen en pantalla los vídeos con una muestra de las obras de los nominados, mientras la voz en off describe brevemente los blogs.

MÁS QUE MIL PALABRAS













Helena por Más que mil palabras. Creo que es la única profesional de la fotografía en este apartado. Se nota en su técnica. Recuerdo especialmente su serie de instantáneas tomadas en los Monegros. Supo sacar el alma de ese espacio desértico.

EL BLOG DE LOS DÍAS IMPARES











Xènia por El blog de los días impares. Una mujer al volante de su coche dispara su cámara en un atasco. Sabe que ese momento es único. Y encima le sale una buena imagen. Un blog de fotografía desnudo, que cuenta muchas cosas. Cada dos días te sorprende.

LLIBRE PRIMER













Fra Miquel por Llibre Primer. Es un blog al que quiero especialmente. Me puedo imaginar al botánico centrando su mirada en cualquier rincón mientras conduce su Vespa por la ciudad. Y luego aparca pacientemente para disparar justo en el momento en que se produce el encuadre perfecto.

TRAVELANT AMB ROSES













Vida por Travelant amb roses. Sus imágenes transmiten mucha calma, al igual que sus textos. A la sombra de los rincones que fotografía te puedes imaginar una historia, mientras ella te la explica lentamente, con palabras de cuentista nata.

PATENTE DE CORSARIO













Tanguito por Patente de corsario. Sus espléndidas fotografías en blanco y negro esconden ternura bajo su dureza. Es como si quisiera eternizar la vida, como si quisiera dejar constancia de esas personas que le han rodeado desde que era pequeño.

Mk se prepara para abrir el sobre:

"Hoy me he puesto estas gafas de montura roja tan glamurosas porque sabía que en la sala habría buenos fotógrafos y quiero que me saquen guapa. Tengo otras lentes más de andar por casa, pero esas sólo las llevo para leer las nominaciones a los Goya. Y voy al grano, antes de que regresen los pitidos. And de Óscar goes to... Xènia por El blog de los días impares.

Mientras suenan los aplausos, Xènia le da un beso a un tipo atractivo con barba, sentado a su izquierda, y sube al escenario resuelta con su vestido asimétrico de Adolfo Domínguez, de gasa, largo hasta los pies, color nude, con la cintura alta y bordada con cristalitos. Se saluda con los presentadores y recoge la estatuilla. Toma el micro. Se queda un instante en silencio. Parece tímida, y comienza a hablar un poco a trompicones:

"Cuando voy por la calle me sabe un poco mal ir haciendo parar a los que me acompañan,… 'espera, espera un momento, que saco una foto'. Son buena gente y no protestan. Luego, cuando llega la noche, el día se concentra, se destila en unas pocas ideas, apenas una palabra, una foto. Me preguntan a veces que por qué los días impares, y en realidad no lo sé. Hace ya tiempo que decidí que no me interesaban los días pares, y que sólo viviría los días impares, que a veces eran primos y siempre había más que días pares.

Quiero dar las gracias a Katrin, descanse en paz mi querida amiga, que me enseñó el valor de la concisión, a mis modelos accidentales, por su paciencia y por estar ahí y no moverse hasta que busco, rebusco y por fin encuentro la cámara en mi bolso enorme, la enciendo y por fin disparo. Y a mis lectores habituales, porque sin ojos que las miren, la imágenes no valen nada. Y ya me callo, antes de que me quiten el micro. Muchas gracias y buenas noches.”

Aplausos. Se apagan de nuevo los focos, para que la voz en off presente la nueva categoría: el Óscar al mejor blog extranjero.

Los nominados son:

Desde Canadá, Mari-Pi-R por Lejos
Desde Alemania, Duschgel por Gel de ducha
Desde México, Marichuy por Mélange
Desde Andorra, Be Wild por Verdad Límite
Desde Colmenar Viejo, El Veí de Dalt por Malerudeveure't

Próximamente en vuestras pantallas.

PD: El discurso de Xènia es suyo. Por eso es tan bueno, tan real. Los presuntos chistes de MK y el Veí de Dalt son míos. Por eso son tan malos, tan irreales. En la próxima entrega de premios los escribirán ellos, y serán mejores.

Sense senyal

TV3 ja no es pot veure al País Valencià.

Acció Cultural del País Valencià (ACPV) demana a tothom que posi la seva web o blog en negre i que ho avisi al correu sensesenyal@acpv.cat

Si el nacionalisme espanyol té por dels mitjans de comunicació, de les xarxes socials, de l'opinió pública, de la cultura, de la nostra llengua, de tots nosaltres en definitiva... vol dir que estem començant a guanyar. Ho penso jo, que escric en castellà. Això és el que estan aconseguint.

Óscars 2010 a los mejores blogs (1).



Voy a proponeros un juego. Se acerca la ceremonia de los Óscars para esa gente de Hollywood que mueve presupuestos tremendos para explicar una historia. Hay mil profesionales detrás de cada trama. Nosotros nos limitamos a contarnos películas aqui, sin un euro en el bolsillo. A pelo. Solos tras nuestro teclado. Y seguramente asistimos a mejores historias que las de la gran pantalla. Nos explicamos que ha muerto alguien, que un bebé está a punto de nacer, que tenemos un viaje pendiente, que hemos ido de excursión a una zona con vistas al mar, que hemos anotado una receta nueva para la cena del viernes, que el viento nos ha despeinado en un espigón, que alguien nos quiere. Que queremos a alguien. O nos contamos un cuento, y ya está.

Así que nosotros no vamos a ser menos que esa gente de Hollywood. Tenemos más imaginación que ellos. Voy a tender la alfombra roja en el Turó Parc para proponer los blogs que me han gustado especialmente este 2010, aunque en realidad me gusten todos, y darles un Óscar. Cada espacio tiene su personalidad, su interés, su fuerza (no os leería si no fuera así). Dentro de cada blog que visito hay un alma. Espero que me perdonéis si no estáis entre los nominados. En este juego de los premios siempre quedamos gente fuera. Intentaré ser lo más objetivo posible. Dirigirme por convicciones y no por amistades. En cualquier caso, será mi opinión, y podré equivocarme en la mayoría de mis decisiones.

Estos Óscars sólo son un pasatiempos, y un reconocimiento a vosotros. La pintora será la encargada de conducir la gala, aunque ella todavía no lo sabe. Tiene su vestido negro de Valentino pendiente de retoques. Espero que su sastre lo tenga a punto para la ceremonia.

Comenzaré por un premio grande, el de mejor fotografía.

Los nominados son:

Tanguito por Pantente de corsario
Vida por Travelant amb les roses
Fra Miquel por Llibre primer
Xènia por El blog de los días impares
Helena por Más que mil palabras

¿Me ha parecido ver nervios en los rostros de los candidatos a la mejor fotografía, sentados en esas butacas azules del teatro mientras los enfoca la cámara en esos cinco encuadres?

Suenan las fanfarrias. El resultado de las votaciones dependerá de cuando la pintora tenga listo el vestido. Óscar a la mejor fotografía... And de winner is... Próximamente en vuestras pantallas.

Guantes


Hace tiempo estaba en un lugar llamado Benrath, junto a un Rin en el que nadaban cisnes negros a pesar de que la temperatura era de varios grados bajo cero. Como soy un despistado y un inconsciente, no llevaba guantes. Hannah me prestó los suyos de lana, marca Nike, para evitar que tuvieran que amputarme alguna de las falanges por congelación en un hospital de Düsseldorf. Aquella mujer era nativa del lugar y su cuerpo estaba acostumbrado a los inviernos extremos. Cuando me marché, me pidió que me los quedara. Así me acordaría de ella.

Hace un año Thaís llegó a Barcelona para redescubrir la ciudad que había conocido una vez en verano, cálida y luminosa, y ahora encontraba fría y oscura. Venía de Brasil, despistada e inconsciente, con ropa para ir a la playa de Copacabana. No llevaba guantes, y en la calle Verdi me dio pena tiritando con sus manos en los bolsillos de la chaqueta, una madrugada ventosa de enero. Le presté los míos, marca Nike, para evitar que tuvieran que amputarle alguna de las falanges por congelación en un hospital de la ciudad.

Ahora esos guantes están en Bauru, Brasil, con alguien que no los necesita porque allí hace buen tiempo eternamente. Me dijo que los quería para recordarme, y puso esa carita a la que no puedes negarle nada. Espero que hoy se los haya puesto para soplar las velas, mientras yo paseaba por el Turó Parc con las manos en los bolsillos. Tiritando. Acordándome de ella. Y de Hannah.

PD: No le regales los guantes a CuxiCu, ¿eh? Él ya tiene pelo en las manos :-)
PD2: ¿Era ésta la canción? A Hannah también le gustaban los Simply Red.

Librerías


Gràcia ya no es el barrio que era antes de que llegara toda esa gente ruidosa. Como Pocoyó, que no para de girar esquinas con su furgoneta pendiente de desguace, mientras rebusca en las basuras y se agacha, mostrando la hucha en la parte trasera de sus pantalones, para agarrar una cocina de gas y subirla a su vehículo atrotinado. Como la maîtresse, que pasa a la hora de la siesta bajo mi balcón, golpeando una bombona de butano en su carrito con una llave metálica. Como la sirenita, que reparte pizzas a bordo de su moto con el tubo de escape trucado. Como la pintora, que no deja de romper baldosas a bordo de su tabla de skateboard, dando saltos, para joderme la siesta.

En el barrio abundan los sonidos que me hacen separar los ojos, tras mis gafitas, de la emisión de Gran Hermano 24 horas, para perder mi vista en el balcón de donde procede esa cacofonía desagradable. La gente que me conoce sabe que me molesta el ruido sin sentido. Por eso busco refugios lejos de mi barrio. Aunque no me guste leer, me encantan las librerías. Dan paz. Aunque no sea creyente, me gustan las iglesias por ese mismo motivo. Aunque no sea un perro, me apasiona pasear por los parques. Si me queréis encontrar, buscadme allí, en esos sitios silenciosos.

La semana pasada fui a una de mis dos librerías preferidas de la ciudad, buscando silencio. La Central. Era un miércoles, de noche. Caminé apresurado antes de que bajaran las persianas de ese establecimiento, aunque en febrero parezca que nada corre prisa. Entré en sus laberintos de estanterías repletas de obras. No encontraba lo que buscaba, así que le pregunté a una cajera por el apartado de obras teatrales. Me miró con sus ojos enormes, como si le hubiera preguntado por la ruta a la luna, en lugar de mirarme con cara de hastío, con cara de que estaban a punto de cerrar. Me señaló el piso de arriba con su mano con tres anillos.

Ascendí los peldaños de dos en dos para comprar deprisa. Las librerías de verdad deben tener escaleras de madera para subir a la planta superior. Allí guardan sus mejores secretos, sus libros descatalogados o raros. Como sucede en Shakespeare and Co, en París. Buscaba una obra de teatro para una amiga que quiere ser dramaturga. Y ese objeto sólo podía estar allí.

Seleccioné un tomo que la ayudará a escribir su primer texto para representar sobre un escenario. Es su sueño, y los sueños soñados con fuerza acostumbran a transformarse en realidad. Me decidí por Sis comèdies de Jordi Galcerán. A mi espalda, en el bar de la librería, una argentina y un español de edades avanzadas hablaban de proyectos literarios futuros. Se observaban como si fueran viejos amigos, aunque mantenían las distancias físicas entre ellos, como si fueran polos opuestos que se rechazaran y se atrajeran al mismo tiempo.

Me imaginé en esa misma situación dentro de veinte años, cuando la chica que quiere escribir teatro sea una autora reconocida. A pesar de que la librería estuviera a punto de bajar sus persianas, me senté cerca de ellos con un café, y presté atención a su diálogo para cuando sea mayor y esté en ese mismo lugar con esa mujer que ya habrá tenido éxito. Anoté frases para decirle entonces, robándolas de esa conversación entre viejos amigos en el piso superior de la librería La Central, justo antes de que cerraran las puertas por esa jornada y me cobrara la cajera de ojos enormes.

Salí a la calle. Regresé al barrio.

Pocoyó giraba una esquina con su furgoneta pendiente de desguace. En la calle Verdi, la maîtresse golpeaba con una llave metálica una bombona de butano en su carrito. La sirenita aparcó su moto con el tubo de escape trucado sobre una acera estrecha para entregar una pizza. La pintora no paraba de romper baldosas a bordo de su tabla de skateboard en la plaza de la Virreina. Gràcia ya no es lo que era.

PD: La música és de la Llum. Moltes gràcies. Tens bon gust.

Una saga de roedores


A principios de diciembre murió Pepo, el último hámster de mis sobrinos. Dejaron que los niños lloraran aquella pérdida durante toda la mañana y, luego, el sargento Hayden depositó el cuerpecito sin vida en un bolsillo de su cazadora y condujo su moto hasta las cimas del Garraf. Allí lo enterró junto al primer hámster de sus hijos: Babe, que nos abandonó dos años atrás.

A mediados de diciembre, Tina llegó al domicilio Hayden para suplir la ausencia del difunto Pepo (la primera hembra en la saga de roedores de mis sobrinos). En la tienda aseguraron que era jovencita, dato muy importante si se quiere evitar que los niños lloren la muerte de esos animales antes de tiempo (suelen vivir alrededor de dos años).

Me la presentaron un sábado por la mañana. El pequeño Hayden la sacó de su jaula y la depositó en la palma de mi mano. Es la más bonita que han tenido nunca, con el pelo negro y brillante y el morro pardusco, aunque me pareció algo pasada de peso. Les pedí que controlaran su comida y que la obligaran a hacer algo de ejercicio cada día. Así que el pequeño faraón Nil la montó en su coche de bomberos y la hizo circular un buen rato por el comedor mientras aquel vehículo de juguete emitía sonidos y luces, ante el desconcierto de Tina.

Al cabo de una semana el pequeño Hayden me llamó por teléfono. Tina no estaba gorda, estaba embarazada. Había parido seis mini hámsters del tamaño de una lenteja y de color rosado. "¿Quieres uno, tío?"

Desde entonces les buscamos un hogar. Son dóciles, aunque algo traviesos. A menudo salen a pasear por la jaula y Tina tiene que perseguirlos, agarrarlos por el pescuezo y devolverlos al nido, mientras el pequeño Hayden y el pequeño faraón Nil no se cansan de ver repetida, una y otra vez, esa escena del documental doméstico.

Son animales de compañía perfectos. No hay que sacarlos a pasear a la calle. No ladran. Su alimentación no resulta una ruina económica. Incluso pueden convertirse en un buen negocio ya que se reproducen con facilidad varias veces al año, con camadas de seis a ocho crías. En pocos meses, vuestra vivienda será una rentable granja de hámsters, con jaulas en todas las habitaciones y cientos de roedores rodando todo el día (como Toni Clapés).

De momento sólo hemos conseguido que la pintora adopte a una pareja de ratoncitos, aunque ella todavía no lo sabe. Nos quedan cuatro. Daos prisa. Nos los quitan de las manos.