Joan Manel



Hace dos inviernos me crucé con un hombre espigado y huesudo por la calle de las librerías de la tierra de la niebla. Llevaba un chaquetón largo y una bufanda blanca. Parecía un señor elegante. Cuando le sobrepasé, escuché que me llamaba por mi viejo nombre: "Joan Manel".

De pequeño odiaba ese nombre compuesto. En el partido de futbol de cada recreo en La Salle, me sobresaltaba cada vez que el habilidoso Suñé me pedía: "Passa-me-la, Joan Manel". O el escurridizo Fabrés me gritaba: "Salta quan treguin el còrner, Joan Manel". O el ariete Del Río se desesperaba, exigiéndome: "Xuta a porta, que estàs sol, Joan Manel". Y yo, que era bajito, torpe, miope y, encima, me llamaba Joan Manel, ni la pasaba ni saltaba en los saques de esquina ni chutaba a portería. Ni siquiera sabía qué hacer con aquella sandía en los pies. Ellos tenían nombres chulos y cortos. Además, eran buenos deportistas.

Lo que se me daba bien era empollar, leer libros de Enid Blyton con mis gafas de pasta y buscar excusas para evitar las carreras en bicicleta por el camino de Duran desde aquella vez en que me caí y me abrí una rodilla. Por eso nunca fui popular en el colegio ni en el instituto.

Fue una salvación para mí, escapar de todo ese pasado para ir a la universidad y vivir en la metrópolis. Lo primero que hice fue borrar uno de los dos nombres de mi camiseta de futbolista fracasado. Lo dejé en un simple Joan (me gustan los nombres cortos). Todo el mundo me ha llamado así desde entonces, desde que decidí dejar atrás aquel pequeño desastroso. Me funcionó la catarsis.

Pero hace dos inviernos, escuché que alguien volvía a llamar por su viejo nombre a aquel niño acomplejado que ya no era yo. Me giré hacia el hombre elegante con chaquetón negro y bufanda blanca. Aquel rostro afilado, como de galán de cine de la postguerra, me sonreía con unos labios finos.

Entonces me fijé en sus ojos azules y reconocí al niño regordete con el que jugaba a las canicas en el patio del colegio o al futbolín en el bar de la señora Flora. No nos veíamos desde hacía más de treinta años, cuando los dos éramos bajitos, torpes, miopes y, encima, teníamos nombres compuestos. Ahora él estaba estupendo, como si el paso del tiempo le hubiera mimado.

Resumimos en diez minutos ese montón de vida. Josep ya no se llamaba Josep Ignaci. Hacía poco que había convertido su afición por el mundo de la actuación en un trabajo del que comenzaba a vivir después de mucho tiempo haciendo de tendero. También ejercía como promotor de mil iniciativas en la pequeña ciudad en la que crecimos (él nunca se planteó marcharse de allí).

Me comentó que estaba preparando un encuentro de toda la gente que pronto cumpliríamos cincuenta años. Me pareció que hacía falta mucho tiempo para eso y le dejé mi email para que me tuviera al tanto. Cuando llegué a mi piso de Barcelona, Josep ya me había pedido amistad por Facebook.

Eso sucedió hace dos inviernos.

Dos años pasan deprisa. Hace poco encendí el ordenador y entré en Facebook. Contemplé, extrañado, que me invitaban a participar en un grupo: "Colla del 64 de la terra de la boira". Poco a poco, fueron asomando cabecitas de un pasado olvidado pidiéndome amistad. Y, lentamente, comencé a recibir mensajes de Suñé: "Quant de temps, Joan Manel". De Fabrés: "Te'n recordes, Joan Manel...". De Del Río: "En aquesta foto surts al costat de l'hermano Gerardo, Joan Manel". Una etapa que creía superada. regresaba a mí. Con excesiva fuerza.

La última vez que supe de ellos, éramos apenas adolescentes. Ahora veía caras infladas, cabezas calvas y ojos cansados. No sé qué sucedió en sus vidas todos estos años y tampoco pienso hacerles una entrevista si nos reunimos este 2014 en que todos llegamos a los cincuenta años. Ni quiero que me pregunten por mi cara inflada, por mi cabeza calva o por mis ojos cansados. Pero con esta reunión prevista de antiguos compañeros de viaje, me he dado cuenta de que el tiempo pasa deprisa y que envejezco, aunque no lo observe en el espejo cada mañana.

Ya me lo decía mi tío Rogelio cuando iba en el tractor, a su lado, con doce años: "Aprofita els anys, nen, que la vida passa de pressa". Tío Rogelio me lo contaba siempre poniendo en su sitio esa mata de cabello lateral que dejaba crecer para tapar su calvicie frontal (un remené) y que inevitablemente destapaba una ráfaga de viento inadecuada en nuestros trayectos hasta la cooperativa agrícola, cargados de cajas de manzanas.

Ayer fui al partido semanal del pequeño Hayden en el patio de su escuela. Hacía frío. Estaban sus padres y los amigos de sus padres. También la mujer de los mares del sur. Estoy a gusto con esa gente que me llama Joan y que siempre ha tenido más o menos mi misma edad de cuarenta y tantos. Son las personas del presente y no las del pasado.

Al final del encuentro, quise ir a felicitar a mi sobrino, que acaba de cumplir doce años, por su victoria (cinco a dos, contra los primeros de grupo). Pero se acercaron a él sus Suñé, Fabrés y Del Río para chocar las manos entre ellos. Los dejé juntos, para que envejezcan a su manera dentro de muchos años.

8 comentarios:

    Aix Paseante!! No pots escapar dels vells amics de la terra de la boira i menys si els vas afegint al FB. Tot té el seu moment i el seu lloc. I les persones del teu present segurament estaran en el teu futur pq ara no vols fugir dels que et diuen Joan "a seques".
    Ens fem grans, ho notaras mės que x la imatge que torna el mirall x la manera com veus/veras als teus nebots...
    Petonets Sr. Paseante

     

    Jo no acceptaré mai que ningú m'inclogui en cap llista tipus: nascudes al 66 al sud. Més que res, perquè faré ràbia a totes les nascudes el mateix any que jo. Estic bona que te cagas, tinc una vida interessant, comparteixo intimitats amb un escriptor :p.
    Va, me poso seriosa. Jo anava al cole amb trenta dones més i no teníem nom, ens cridavem pel cognom. Sempre m'ha envoltat un aire de misteri i espero que continuï així.
    Va que t'aixeco l'autoestima, que els hòmens que esteu a punt del mig segle la necessiteu: no tens la cara inflada ni ets calb. Tens un puntet sexi inclús en situacions una mica compromeses, ja m'entens.
    Vinga, escriu més que et trobava a faltar :)
    Joselita

     

    hahahahaha! si estiguessis en la meva llista, t'adonaries que el temps passa molt més de pressa, fins i tot, del que diu el teu tio Rogelio. Al principi del comentari reia pel que diu l'emily, (això de la llista del 66)...

    m'he anat a mirar al mirall i no m'ha tornat la imatge que veurien els que fa anys que no em veuen, sinó la imatge que jo vaig veient cada matí i que em perdono de dia en dia, perquè quan em miro, ho faig sense ulleres i "todos los gatos son pardos" :)

    Una abraçada, Joan!

     

    Que bonito post!.
    Pues tu nombre compuesto lo encuentro muy bonito, pero Joan también lo es ya que recuerdo a mi hermano, él también lo tenia compuesto.
    A mi me hubiese gustado poderme reunirme con las niñas del colegio y recordarlas, pues bien las tengo olvidadas.
    No dejes de participar y disfruta de nuevo con las personas que hicieron parte de tu vida en la infancia, deja la timidez de lado.
    Un abrazo.

     

    És la única cosa que segur que passa, Joan: El temps.

    Gaudeix amb la gent que t'envolta ara, i que t'anomena Joan. Els que encara t'anomenen pel nom compost són cosa del passat
    Una abraçada

     

    Ai, com t'entenc.
    Una Francesca Maria que es fa dir Xisca.
    :)

     


    Jo també tenia un nom diferent quan no m' agradava fer esport al cole: el meu en castellà i pronunciat a la catalana.Encara ara, quan el sento pel carrer si algú em crida, identifico ràpidament a quina època de la meva vida pertany aquella persona.Però jo sóc qui sóc ara, i el meu nom és el que deia a les bossetes de confits del meu bateig, no pas el que van imposar unes lleis retrògrades.

    Pel que fa als sopars aquests, he anat a dos (fa temps que dubto si fer-ne un post)i m' ho vaig passar molt bé, però si els volen perpetuar cada any em sembla que m' esborro. En el darrer un cobert més a taula era el mòbil i una de les activitats, a part de menjar i preguntar, era passar-se missatgets pel "uatsàp. Jo no el vaig treure de la bossa, més d' un haguera caigut de la cadira en veure el meu model picapiedra i jo no vull cap mal a ningú ;-)

    Ah, la frase estrella en aquests soparssol ser: tu sempre estàs igual, el temps no passa per tu...
    Anada ya!!

    Avui m´he allargat una mica...és que ets car de veure, Joan.

     

    Ahora tendras que elegir entre joan manel y speed gonzalez ;)