La señora Sofía y el perro ventilador



Hoy la mujer de los mares del sur ha venido de la tienda de revelado con un montón de fotografías en papel. Las ha sacado del sobre y las ha depositado sobre su regazo, como si fueran un botín que quería repartir conmigo. Me las ha ido mostrando en el sofá, una tras otra, mientras en uno de sus dedos relucía el anillo de casado de su padre.

Son imágenes de sus vacaciones de Semana Santa.

En una, la señora Sofía está agachada frente al perro ventilador, mostrándole una pelota para que juegue en aquel patio con marquesas. Él tiene las orejas alerta. En esa fotografía, creo que se han comenzado a enamorar el uno del otro.
En otra aparece una paella de marisco que la alcachofa ha oscurecido. En una esquina de la mesa, el tenista parece más pendiente del partido de Rafa Nadal en la tele que de ponerse la servilleta sobre las piernas.

Hay varias fotos de un paseo junto al canal: una mariposa en la valla de una casita de campo deshabitada, unas amapolas junto a un pozo de riego, el perro ventilador paseando por un campo de manzanos por primera vez en su vida, el perro ventilador orinando en un manzano por primera vez en su vida.
Otras imágenes recuerdan el partido de tenis entre mi padre y el pequeño faraón Nil (con una raqueta demasiado grande para sus ocho años), aquella tarde en que el perro trotaba de una parte a la otra de la pista intentando robarles la pelota amarilla con las orejas alerta, mientras la mujer de los mares del sur les hacía fotografías con sus gafas de sol de estrella de cine.

También aparece la excursión a la sierra para recoger tomillo. Parecemos un paso de Semana Santa. La señora Sofía al frente, con la azada. El tenista detrás con la caja repleta de hierbas aromáticas. El pequeño faraón Nil a la zaga, intentando dominar al perro ventilador que conduce atado con una correa. La mujer de los mares del sur los sigue, con su aspecto de turista en aquel paisaje lunar con cráteres, montículos y lagunas secas.
La gran comida del sábado también quedó inmortalizada en esa fotografías que ahora veo en el sofá: el pequeño Hayden comiendo tres platos de caracoles, el pequeño faraón Nil y sus cuatro canelones, el tenista sirviendo el vino que le había regalado la mujer de los mares del sur, la señora Hayden cortando la mona de Pascua a destiempo, el sargento Hayden ordenando a sus hijos, la señora Sofía guardando comida para el perro ventilador que lloraba en la tercera planta de la granja de los caballos, aislado de la fiesta y de ella. Allí creo la señora Sofía y el perro ya eran el uno para el otro.

La mujer de los mares del sur me enseña una instantánea de ese mediodía lluvioso en que fuimos a la iglesia de la tierra de la niebla, donde yo había ejercido de monaguillo cuando era pequeño. Es de Santa Teresina, el nombre de su madre que la llamaba cada dos por tres para saber si la tratábamos bien en la tierra de la niebla en sus vacaciones de Semana Santa.
Hay selfies de la mujer de los mares del sur con el perro ventilador en su habitación de invitados (los dos miran a la cámara). Ella ocupaba una cama del siglo XIX y él un colchón del siglo XXI en el suelo, con vaquitas estampadas, que fue propiedad del señor Gris.

La última imagen es del día de la partida de la mujer de los mares del sur y del perro ventilador de la granja de los caballos. La señora Sofía rasca la cabeza del animal en esa foto. Recuerdo que le preguntaba:
-On tens una puça? Aquí? O aquí? O sota la galta?
Y él babeaba. Se querían.

Nosotros la habíamos prevenido que el perro mordía a veces. Pero mi madre es atrevida y, a su edad, no va a tener miedo de un animal que mide dos palmos de alto. Así que lo tocó tanto como quiso, mientras él parecía respetuoso ante ese huracán de mujer que le tiraba pelotas, lo rascaba y le guardaba restos de comida de los platos de los invitados. La señora Sofía me dijo que ese perro era el mejor regalo que me podía dar una persona en este momento.
Luego, la mujer de los mares del sur y el perro ventilador subieron al coche de los Hayden para regresar a Barcelona. Yo me quedé todavía en la tierra de la niebla, pensando que habían sido días bonitos que no volverán más que en esas imágenes que ella me enseña ahora en el sofá y que va a mandar mañana por correo a mis padres. Ellos no tienen whatsapp ni internet, pero han comprado marcos para poner nuevas fotografías en los pasillos, en el comedor, en las habitaciones… De vez en cuando las van a mirar y se acordarán de ellos dos (la mujer y el perro), hasta que regresen en septiembre.

PD: Que tingueu un molt bon Sant Jordi. Especialmente tu, Montse Arare, eh? eh? eh? :-)

PD2: Avui hem fet una excursió, la dona dels mars del sud i jo, per les llibreries de Barcelona. A la majoria tenen: "Avui és Sant Jordi, Bruc". És un conte bonic..




PD3: Aquesta fotografía és de Setmana Santa. Lo Bubu i jo. Gràcies, Emily.

 

6 comentarios:

    Tu vas crear el teu univers fa temps amb aquest bloc, la granja dels cavalls amb la família que hi viu allí. Jo tinc el meu. Aquesta setmana santa es van unir i va sortir bé (tenia molta por però em vaig arriscar, el món és dels valents i dels que arrisquen).
    Hi ha una foto, potser dues, que no t'he ensenyat i que guardaré a la capsa de fusta dels records.
    La senyora Sofia em va fer un encàrrec al marxar i a ta mare no se li pot negar res. Ho hauré de fer.
    Gràcies per les mini vacances. Que tinguis una bona diada de Sant Jordi amb el teu llibre. Lo Bubu ha sigut i serà un gos important a la meva vida. Entre tots dos farem que també hi sigui a la vida dels demés :)

     


    Lo Bubu i lo xiquet del bolso taronja,quin estilasso!Molt guapos.

    Me n' alegro molt per tots plegats i que ho compartiu amb els que us llegim.

     

    La mujer de los mares tiene mucha sensibilidad tomando fotos, con lo cual me imagino que todas han quedado muy espontaneas y buenas.
    Su madre se quedó un poco triste sin su presencia en estas fiestas de Pascua, pero a la vez tuvo la alegría de saber que fue muy bien acogida en tu familia.
    Un abrazo y éxito por el cuento.

     

    Doncs jo no he anat cap al Priorat aquesta Setmana, però a la Terra de la Boira tb s'hi està bé!!
    Que llest és en Bubu que sap a qui s'ha d'arrimar.
    M'alegra que ho passessiu bé i que tingueu records en paper per guardar.
    Que vagi molt bé el llibre!!

    Petonets Sr. Paseante

     

    No s'ha fet necessari veure les fotos de tan ben descrites...hauria de fer el mateix?
    Un Paseante i un gos i una amiga molt especial, bella imatge...
    Abraçada!

     

    Sant Jordi fantàstic... encara dec els llibres al Sr que s'assembla a Rajoi però només per la barba, ep! i als néts... he tingut massa streéss, com per buscar llibres, ara ho faré, a camera leeeenta, com s'han de buscar els llibres.

    Encara que ja no sigue Sant Jordi, Bruc :) el libre li serà regalar al Martí, por éstas! - dii ella, fent una creu amb l'índex i el polze, fent-hi un petó al més pur estil gitano!-