El primer campeón de la familia


Sobre mi mesa reposan cuatro objetos de este pasado diciembre que no he tenido tiempo de guardar en la caja de los recuerdos: una entrada a un concierto, un billete de avión a Norteamérica, el dorsal de un corredor etíope en una carrera de Navidad y un tíquet para acceder a un campo de fútbol vacío.

Hoy quiero contar la historia del dorsal del corredor etíope. Es tradición que los hombretones de mi familia participen el día después de Navidad en la "Carrera del pavo" (la "Cursa del gall dindi") en la tierra de la niebla. Es una cuestión de orgullo que la ganen los apellidos con más solera de la población, y en sus balcones luzca durante semanas la corona de laurel de la victoria.

La corrió mi bisabuelo Manel, en la edición de 1890, con diecisiete años, sus pantalones bombachos y sus mostachos engominados, quedando en penúltima posición.

La corrió mi abuelo Manel, en la edición de 1920, con dieciocho años, sus pantalones largos y su calva incipiente a pesar de su corta edad, quedando al final de la clasificación.

La hizo mi padre, en la edición de 1950, con diecisiete años, sus pantalones cortos -que parecían calzoncillos clásicos- y su peinado con raya lateral, quedando más allá del número treinta en la línea de meta.

La hice yo, en la edición de 1978, con catorce años, el primer año que se llamaba "Memorial Josep Ignasi Culleré". Recuerdo que llevaba un equipo azul marino. Y que, en la recta de la plaza mayor -donde estaba el grueso de los espectadores-, me adelantó un niño que apenas tendría seis o siete años. Claro que ellos hacían una décima parte del recorrido, y yo corría cansado tras diez kilómetros. Pero todavía me despierto algunas noches sobresaltado con esas risas de la tribuna ante ese adelantamiento inesperado. Entonces corríamos juntos todas las categorías, no como ahora.

Este año la hizo mi cuñado. Era la gran esperanza blanca para que ganara alguien de nuestra familia después de más de cien años de competición sin resultados. El premio era una corona de laurel y un pavo vivo que la señora Sofía, mi madre, observaba con desgana, porque ese animal lleno de plumas y de medio metro de altura no iba a entrar en su jardín para comerse sus geranios. Así que todos cruzamos los dedos para que ganara, menos ella. El sargento Hayden se había entrenado durante seis meses, corriendo cada mañana en Barcelona de Sagrada Familia a Palau Reial. Diez kilómetros entre ida y regreso a las seis de la madrugada. Ahora calentaba poderoso con sus pantalones negros ajustados y su camiseta oscura que marcaba sus pectorales. Arrancó la carrera. En los primeros pasos por meta iba entre los destacados. Le animamos gritando su nombre. Luego ya nos costaba verle aparecer por la curva tras los veinte primeros clasificados. Acabó de los últimos, y fue un desengaño para todos, como yo lo había sido en 1978.

Luego participó el pequeño Hayden en categoría infantil. Hace tiempo que hace deporte: baloncesto, natación, circo, hockey sobre patines... Es fibroso y tiene pinta de atleta. En caso de ganar, su premio era una corona de laurel y una perdiz viva, en lugar de un pavo. Pero mi madre, la señora Sofía, seguía arrugando la nariz ante la posibilidad de que ese animal vivo entrara en casa. Después del fracaso del sargento Hayden, teníamos grandes esperanzas depositadas en el pequeño Hayden. Hizo lo que pudo, pero acabo de los últimos, tras su amiga Joana de ojos azules.

Sólo quedaba el pequeño faraón Nil para participar en esa carrera que hemos perdido bisabuelos, abuelos, padres, tíos e hijos. Era en la categoría de menos de cinco años. Corrían una recta de cien metros. El pequeño faraón, a diferencia de su padre que trota diez kilómetros cada mañana y de su hermano que siempre anda haciendo actividades físicas, apenas se mueve del sofá mirando dibujos animados. Así que nos quedamos a ver su carrera por compromiso, pensando en prepararnos para el año siguiente, sin esperanzas en ese regordete negro de sonrisa blanca. Esa mañana lo empujamos a la línea de salida para que corriera, ya que estábamos allí. Se le veía desganado, y nosotros no apostábamos un céntimo de euro por él.

Dieron la señal de comienzo y empezó a dar zancadas, vestido de calle, pensando más en regresar a ver Bob Esponja en la tele que en correr. Pero la carrera le salía natural, como si formara parte de su naturaleza etíope. Frente al Banc de Sabadell iba de los últimos. Frente a la tienda de la óptica ya había ganado posiciones. Y ante el Café Brasil dio un acelerón, los adelantó a todos y levantó los brazos en señal de victoria.

Había ganado una carrera para nuestra familia por primera vez en más de cien años, aunque fuera en categoría P-5, aunque no se hubiera preparado, aunque genéticamente no fuera de los nuestros. La señora Sofía respiró tranquila porque para los pequeños no había un animal vivo como premio, mirando a su nieto africano.

Regresamos a casa por la calle de las librerías. El sargento Hayden llevaba al pequeño faraón Nil a caballo sobre sus hombros. Le arranqué el dorsal de su espalda, que habría acabado en la papelera invariablemente. Lo guardé para su futuro. Estábamos a un grado centígrado de temperatura. Nos esperaba el calor del hogar y una bandeja de canelones en el horno con la que celebrar que éramos campeones. Salí al balcón y colgué orgulloso la corona de laurel en él. Después de más de cien años.

Fue el momento más feliz de mi Navidad.

PD: Em queden dos posts per fer, dels cinc que vaig prometre. Els penjaré quan torni de buscar els Reis a la terra de la boira. Espero que tingueu molts regals.

19 comentarios:

    Què bo! jeje. Ha estat bé. Hi ha una pel·lícula que es diu: Los blancos no la saben meter. La pilota de bàsquet a la cistella, home.
    Molaria vore una foto teva de l'any 78, del segle passsat, suposo. Segur que tenies la cara plena de grans, sisisi.
    Ah, bons Reis!

     

    Aquesta història és real? M'ha encantat. Com l'has contada. I el que explica. Que els Reis et tractin bé!

     

    Si et dic que la història m´ha agradat, ja em repeteixo. Però es que és veritat.
    Gairebé m´he trobat animant-vos a tots ,del primer a l´últim: va una mica més, una mica més!
    Quin orgull tenir un fill d´África a la familia. Bons Reis!

     

    Muy intrigante y conmovido, me ha gustado la frase que le arrancaste el dorsal para su futuro, seguro que en un día te lo va agradecer.

     

    Què bo!
    Us veia a tots victorejant el "jove" Nil! L'orgull de la família!
    I què més puc dir. Em repeteixo dient que m'ha agradat molt.
    Com sempre em passa amb els teus escrits, no puc parar de llegir.
    Espero amb ànsia els posts que falten per aquesta sèrie.
    Una abraçada

     

    Ah! Quina felicitat!!! Quin caliu respira aquest post!
    Jo també guardo les 'coses' dels meus nebots pel seu futur. No hi ha res com mirar enrere i descobrir-te de nou en aquell nen que ja havies oblidat.

     

    Tots els relats m'han agradat, però aquest el trobo especialment tendre, i amb un esperit de lluita que és encoratjador.

    Enhorabona per aquest Nadal.

     

    Genial!
    El teu millor post , arrebatat del més tendre orgull.

     

    Molt millor, i encara més emocionant, que "Carros de foc" amb la música de Vangelis.

    Enguany el nen ha començat a jugar la lliga escolar de futbol-sala amb uns espectaculars 0 partits guanyats, 0 d'empatats i 7 perduts. No ofereixo la dada dels gols marcats i els rebuts perque encara és més aclaparadora.

    Jugar i perdre, com explicava l'acudit, m'agrada. Jugar i guanyar serà l'hòstia.

     

    Enserio que te has venido a las americas?
    o.0 lo flipo tio

     

    oeoeoeoeoeoeoeeeeee!!!! quina manía en fer esport si l'important és la concentració i els objectius clars, siguin veure el Bob Esponja sigui la quadratura del cercle.

    Feliços Reis per a tu, també!!!

     

    Entre tu i jo, crec que mai heu guanyat perquè la Sra Sofia o les altres dones de la família sempre han desitjat que no entrés a casa el premi. I com en Nil no tenia ni perdiu ni paó, per això ha guanyat. Espera a que pugi de categoria ;)

    M'ha agradat molt la història. Me'n alegro que guanyés.

    M'apunto a la petició fotogràfica que fa l'Emily

     

    Boníssim i molt divertit!

    Salutacions,

    Amber

     

    Emily, no posis títols de pelis porno en un post on parlo dels nebots, coi. (Per cert, te les passa l'MK? A quin preu? És que em podria interessar). I de jovenet no en tenia de grans. M'han sortit ara, de gran.

    Vida, sí que és real. Bé, a partir del 1978, perquè ni el besavi, ni l'avi, ni el pare estaven per anar a córrer. La resta és de veritat. De fet, a l'edició anterior (2009), els meus nebodets van sortir als informatius de TV3. Suposo que el càmara es va fixar en un negret rialler i gruixut, i en un blanquet ros i espigat. I com els dos són molt guapos, van aparéixer a l'hora de dinar a la tele.

    Pais, moltes gràcies. El proper dia de Sant Esteve et poses a animar-los mentalment cap a mig matí. Ho faràs?

    Mari-Pi-R, seguramente ese dorsal habría acabado en la papelera. El mío de 1978 sólo existe en mis recuerdos.

    Fra Miquel, també moltes gràcies. La veritat és que no confiàvem gens en el petit faraó Nil. Però va saltar la sorpresa.

    Lines, saps? Un dia deixaré llegir aquest blog als nebots (quan siguin més grandets) i espero que recordin (o descobreixin) coses que ja havien oblidat.

    Zel, moltes gràcies. Més que esperit de lluita, és esperit de participació en la petita vida social d'un poble.

    MK, moltes gràcies. Tu coneixes aquest petit campió. Quan el tornis a veure li regales un gall dindi (la meva mare estarà contenta). Encara que coneixent-te, segur que n'hi donaries un de plàstic, com aquell pollastre que tenia el Thomas Magnum.

    Óscar, no pateixis. El teu fill és com el Messi quan juga amb l'Argentina: està envoltat d'uns companys que valdria més que practiquessin les bitlles o els escacs.

    Thaís, pues sí. Però un poco más al norte de Sao Paolo. Y eso de "yo lo flipo" te lo ha enseñado el Cuxi :-) Tiene las maletas preparadas ese tipo feo?

    Rateta, jaja. Sí noia. Els havies de veure. El meu cunyat i el nebot gran equipats del Decathlon, fent estiraments, mirant a l'infinit concentrats... I el petit, amb els seus texanets i al costat de la faldilla de l'àvia, preguntant-li si li faria "cocarrons" (macarrons) per dinar.

    Khalina, gràcies. Ma mare no vol animals. Però, de petits, ma germana i jo vam portar a casa un ànec, un conill, una gallina, un faisà, dues perdius, un munt de coloms, dos gats, diversos hàmsters... Fins i tot, un dia, ma germana es va presentar amb una serp petita dins d'una bossa (no és conya). A ma mare ja no li vindrà d'un gall dindi. I res de fotos.

    Amber, moltes gràcies.

     

    Brutaaaaaaaaaaaaaaal!!!!
    Enhorabona pel petit faraó Nil!!!
    Us imagino a tots amb una cara d'estupefacció increïble al veure'l creuar la línia de meta! ja ja ja!!
    Que tendre Paseante!
    Visca tots!

     

    Visca el Niiiiiil!!!! ara, jo em pose de part de la senyora Sofia, eh! un pavo i una perdiz????? andaqué... Puc felicitar-te amb retard per aquests anys meravellosos que ens has donat amb les teues històries?
    muaks! guapo!

     

    Filadora, moltes gràcies. Va ser molt xulo. La llàstima és que, com que no créiem en el petit faraó, el seu pare es va predre la imatge de la victòria amb la seva càmera de fotos :-(. Es va quedar a la línia de sortida. Jo sí que era a la línia de meta, esperant-lo.

    Nimue, moltes gràcies. Lo del pavo y la perdiz... és que som de poble petit. I farem més aniversaris tots junts. Muacks (però recorda que sóc fumador i menjo caragols, jaja).

     

    Si ya digo que este diciembre no lo vas a olvidar en tu vida.

    Felicidades al pequeño Nil. En generaciones venideras no vais a tener que sufrir tanto.

     

    Duschgel, a veure si guanyem més curses de l'indiot en categories superiors. Estic per tornar a entrenar-me :-)