Quimi Portet


El martes (el día que celebrábamos -tan alegres- el genocidio que hicimos con los sudamericanos) veía fragmentos del desfile militar en las pantallas de los bares con desayunos de bocadillo y refresco (o cerveza) por cinco euros, ante los que marchaba a duras penas con el viento en contra por esa cuesta de la avenida de la Mare de Déu de Montserrat. Estaba a punto de llover. Miraba esas imágenes que parecían de un Cine Exin antiguo. Con los fotogramas rayados.

No llevaba rumbo fijo. Me encontré una moneda de diez céntimos en el espacio que dejó un coche tras marchar de su aparcamiento junto a la acera.

Llegué a un barrio desconocido de calles mal diseñadas, tras una noche complicada, por un urbanista que quería ser original. Congrés. Entré en un aparcamiento al aire libre sin vigilancia, buscando monedas en el suelo tras la huida de los vehículos. No encontré ningún guardián; ningún perro peligroso me enseñó la dentadura. Así que me subí a una pared de ese garaje con mis pies de gato. Tras ella, en un patio fresco y agradable, estaban dos mujeres teutonas de mediana edad comiendo caracoles, y hablando una de sus hijas y la otra de sus novios que todos se llaman Tomeu.

Salté por una esquina, sigiloso, con mis pies de gato. Entré en el comedor sin que me vieran separar las cortinas. Y les vacié los bolsos. Un par de monederos, una cámara Nikkon y otra Minolta. Una T-10 casi por estrenar. Un paquete de kleenex por si necesitaban llorar. También les robé eso, las hojas para sus lágrimas. Sé que no debería habérselo quitado, pero soy un aprendiz de ladrón.

Salí de nuevo al patio, sigiloso; y trepé por el muro con mis pies de gato y mi mochila llena con sus pertenencias (sin que se percataran de mi presencia, como hacían las chicas en las discotecas cuando era joven). Comentaban entre ellas la posibilidad de ir a pasear hasta la calle de Aiguafreda (pensé que eso es para turistas snobs, y que se dedicarían a disparar sus cámaras -que ya eran mías- entre esos pozos y huertos en plena ciudad). Se reían contando que alguien se había enamorado de alguien. Cotilleaban. Las observaba desde allí arriba. Secretamente, me seguía su gata de ojos azules y pelo gris por los tejados. Le acaricié el lomo y la hice saltar al patio para quedarse con sus dueñas.

Regresé a mi barrio. Viendo repeticiones de fragmentos del desfile militar en las pantallas de los bares con meriendas de bocadillo y refresco (o cerveza) por cinco euros, como en un Cine Exin antiguo, caminando contra el viento en esa cuesta de la avenida de la Mare de Déu de Montserrat.

Me encontré una moneda de diez céntimos en el espacio que dejó un coche tras marchar de su aparcamiento junto a la acera, cuando ya llegaba a mis calles conocidas, diseñadas por un urbanista sobrio.

En un local pequeño de Gràcia, en una calle diminuta, había una multitud. Hacían pagar entrada, así que me introduje con el viejo truco de acceder como si caminaras hacia atrás. Parece que salgas, cuando entras. Me lo enseñó la mujer elegante, la misma que me mostró cómo saltar muros con pies de gatos.

La música era agradable. Quimi Portet es puro sentimiento, que esconde tras sus bromas. Y también esconde con la guitarra de su otro músico (y del bajo y del percusionista) que él existe, que es sensible, que sabe crear con sus palabras lo que jamás te dirá a la cara. Puede parecer agresivo cuando interactúa con el público, y propone preguntas que son chistes. No lo hace para dañar, lo hace para acercarse -a su manera- a nosotros. Pero yo me escondí tras una chica alta para que no me preguntara nada.

Había mucha gente, mucho humo y mucha oscuridad. Estábamos francamente apretados y aproveché para robar tres o cuatro carteras, como me enseñó a a hacerlo la mujer elegante.

Acabó el concierto. Se iluminó el local. Hubo corrillos, y yo estaba solo. Me acerqué al artista con precaución. Parecía más alto tras el concierto. También más solo. Más asequible, acaso. Estaba con un par de francesas realmente guapas (sabía que eran gabachas por sus narices afiladas -una con los ojos claros y la otra con los ojos oscuros). El músico me estrechó la mano, tras decirle que adoraba sus temas. Aproveché para abrazarle. Le quité la cartera.

De todas las que robé esa noche, la suya era la que llevaba menos euros (debe ser verdad que los genios acostumbran a ser pobres, aunque luzcan polos Lacoste). Curioseé su agenda telefónica. Había un par de Elisabets. Un par de Rosas. El resto eran gestores para lo del iva, agentes musicales para lo de los conciertos, abogados para lo de las denuncias. Y para de contar.

Creo que le propondré venir a saltar por los tejados con gatas a nuestras huellas, que se venga a mirar si hay monedas en el suelo, que me acompañe a robar carteras en un concierto de Manolo García.

Salí a la calle con mi botín. Y me dirigí a casa, cantando uhh, uhh, uhh, lanzando la cabeza hacia atrás. Como ese autor de sueños. Quimi Portet.

PD: Moltes gràcies a qui se senti reflectit en aquest post. Han estat uns dies veritablement agradables.

16 comentarios:

    Ei, al Manolo Garcia no t'atreveixis a robar-li la cartera! :)
    Quin perill tens, paseante...

     

    No em diguis que ara disposes del meu telèfon??? I la meva adreça també?? Ai mare, que ja veig que em vindran a robar aquest capde!!!!
    ;-D

     

    Tu vols acabar com Cary Grant a Atrapa a un ladrón...

     

    Aquesta "mujer elegante" sembla tremenda... I tu, ja eres dolent o t'hi estàs tornant? ;-)
    Petonet!

     

    avui t'he llegit primer mentre sentia la cançó, però per poder-la entendre m'ha calgut clicar i entrar al tube, perquè has posat una mida tant petita de vídeo que la meva vista cansada no em permetia llegir el subtitulat... (si poses ample 350 píxels, serveix quasi per tots els navegadors...)

    no et ser imaginar robant; potser, només, robant algun somriure. Em sembla que avui el post t'ha sortit massa piniculeru!

    Però vaja... que per qui no et conegui està rodó!

    Ara que hi penso... jo no et conec!

     

    Jo tampoc t'imagino robant carteres...però quan hi ha crisi...Oi? Acabes fent allò del que no et veies capaç.
    Aquest cop ni petons ni abraçades...que encara em quedaria sense cartera ;o)

     

    Jo sí que t'imagino robant carteres... Vaja! Si és que et vaig veure!!! Qui va haver de pagar el pàrquing d'en Portet perquè ell no trobava la cartera? Jo! Això que en regirar el meu bolso vaig adonar-me que també m'havies fotut la meva, però... oh sorpresa! no hi vas trobar ni una moneda de deu cèntims! Sóc una dona desconfiada i portava els diners als sostenidors de blonda negres (que no vas veure quan em vaig treure la roba per culpa de la calor que feia al bar). Així doncs vam poder fugir de la ciutat en cotxe cap a l'aeroport amb una tal Rosa i ara som altre cop tots tres a les illes!! Que dius? Que quines illes? Ha! No t'ho diré pas que amb un salt de gat t'hi plantes i d'aquí no marxes!! Mangui més que mangui!! :P

     

    Ostres, vaig a amagar la cartera. Quin perill!! Tan bona persona que semblaves (però ara ja no podem dir que no robes ni mates)

    Si et tanquen a la garjola, ja t'enviarem mails... però no esperis tabac, no sigui que ens robis la cartera.

     

    Te leía y tenia el pensamiento en ponerte el mismo comentario que Emily, pero ya ves fue antes que yo, la mujer elegante te lleva por mal camino.
    saludos

     

    Em deixaré furtar la cartera, però dintre sols trobaràs la meva adreça i..... bé, ja ho veuràs!!

     

    si serás chorizo!!! ya te vale...
    pero me alegro de que lo pases bien, aunque te lleven a delinquir por el camino de la perdición...

     

    Lo de entrar caminando para atrás m'ha arribat al cor aajajajajaj

     

    Vale , quedat els set euros seixanta i el bonotrén caducat.Però torna-m inmediatament les fotos , l'estampeta de Santa Rosa de Lima , la de la Moreneta ,la de Santa Rita de Casia .També la faba del tortell de Reis, i la rosa premsada , la tarja de la del banc que em porta l'hipoteca , la del dentista dels meus fills , la del mecànic que m'ha de canviar el delco del cotxe , la factura del fuster , els vals del Carrefour , el ticket de la tintorería , la recepta de les boletes de l'homeopatía , la factura de movistar que he de reclamar, el retall de l'article de la revista que explica com lligar per internet, les instrucción de com muntar la prestatgería d'Ikea ,els cupons de la Vanguardia per les caceroles i el calendari del noi aquell amb un gorro de Pare Noel.
    ah! i el resguard de la primitiva de la setmana pasada , Pancho ...que estás fet un Pancho!

     

    Vida, passo de mangar més carteres de músics. Són una colla de pelacanyes :-)

    Eli, ja he entrat a casa teva. No trobes a faltar ninets de roba?

    Emily, amb la Grace Kelly mirant focs artificials al balcó de l'hotel... Mola.

    Rita, m'hi han tornat noia. Jo abans era un cadellet. Un petó.

    Gatot, doncs va anar així tal com ho he explicat. Potser amb una mica d'imaginació. Però és que la vida és més bonica com la imaginem que com la vivim. No trobes?

    Fra Miquel, recordes aquella càmera Nikkon que vas "perdre" el mes de juliol...

    Violette, normalment faig conya en els comentaris. Però ara sóc seriós: què guapes estàveu la Rosa i tu aquella nit. De debò. Va ser un "subidón" que em veiessin amb vosaltres. Mira, em vau convidar a darrera hora, però em va agradar molt aquell concert. Gràcies.

    Khalina, francament, m'atreu més la teva cartera que la de l'Aleta. Aquestes artistes... I on dius que la guardes? A la motxilla? A la butxaca? Ho pregunto per anar directament a per feina.

    Mari-Pi-R, la mujer elegante es mi mejor amiga. Y hago broma aquí con ella. Espero que me aguante muchos años.

    Albanta, la teva adreça serà un bon botí.

    Xurri, ya ves. Desapareces de mi vida y dejo de ir a misa diaria :-)

    Candela, doncs sempre vaig al cinema així. I cola.

    MK, ara seriosament: per què porteu les dones tot això a la bossa? Sé que ho dius de broma, però segur que la teva pesa un parell de kilets. Coi de noies...

     

    Vaya pajaru estàs tu fet! Les noies et treuen de passeig i tu et dediques a fotre la història privada de la gent! Recorda'm que no t'abraci mai.

     

    Veí, amb tu faré de Teletubbie: "Una abraçadaaaa", que tens pasta gansa.