Ferias


Eran las fiestas de la tierra de la niebla. El viento que siempre se levanta por estas fechas, invariablemente, me traía hasta la ventana de mi habitación en la granja de los caballos el murmullo del carrusel de atraccciones de la feria en las afueras. Antes, cuando era adolescente, ese ruido alegre me hacía calzar mis zapatos de caminar y buscar la chaqueta adecuada de entretiempo para ir a disparar a las bolas con las escopetas mal calibradas, a montarme en los autoslocos con la chica de L'Alliance Française (con esa canción italiana en los altavoces, de fondo romántico), a hacer crujir una tira de coco fresco entre las mandíbulas.

Mientras recordaba esas sensaciones apagadas, el pequeño Hayden -que es un gamberro- se coló sin pedir permiso en mi dormitorio de la tercera planta, y armó un escándalo exigiéndome que le llevara a buscar caracoles en el campo. Apagó así mis carruseles pasados. Miró cómo me calzaba, y me apuró para que sacara del armario la chaqueta adecuada.

Quiero a esa personita que proyecta su pequeña sombra junto a la mía en los caminos secos de tierra, donde los coches acelerados levantan porquería mientras le grito: "Tanca els ulls, que ens entrarà pols". Le quiero cuando viene corriendo: "Mira tio, n'he trobat un. És gran, oi?". A veces disimulo, y dejo junto a mi mano, entre la hierba, un caracol enorme; hasta que lo descubre y exclama: "Tio, tio, n'hi ha un aquí. No l'havies vist tonto!". Se ríe con ganas.

En el paseo me preguntó si tengo novia. Los niños a veces te sorprenden con temas extraños. Como cuando me cuestionó si los caracoles bebé salen de las vulvas de sus madres. Sé que es mejor contestar algo para salir del paso y cambiar de tema.

-No, no tinc nòvia. En tenia una, però se'n va anar a viure molt lluny.
-Ohhhh, on?
-A una illa amb caimans.
-I se la van menjar?
-No home, els va curar. És veterinària. Estaven malalts i ella els va posar injecccions. I ara vigila que estiguin bé.
-I tornarà?
-Crec que no. Vols que es morin els caimans?
-No tio.


Pretendí hacerle ver que el pasado es pasado, aunque yo buscara la imagen del señor Gris a nuestra espalda, entre los campos de cebada. Brincando en ellos. Ladrando porque no le hacíamos caso. Miré esos cúmulos redondos en el firmamento, donde sé que duerme.

Por la noche salí a pasear por la feria en solitario. Olía a fritanga. En los autoslocos dos chicas magrebís chocaban contentas con los velos puestos. Me pareció una foto para tomar. No estaba mi compañera de pupitre en L'Alliance Française. Me crucé con viejos rostros que renacían del pasado, a los que no sabía poner nombres en mi olvido. Disparé en una barraca con la intención de ganar un peluche feo para el pequeño faraón, sin conseguirlo. Le eché la culpa a que las carabinas de perdigones siguen estando mal calibradas. Me llené los zapatos de polvo.

Regresé a Barcelona en el tren de las cuatro de la tarde. Es un interurbano lento. Muchas mujeres andan con la cesta de las gallinas escondidas bajo el asiento, mientras los hombres estamos atentos con nuestras escopetas de feria para disparar desde las ventanas contra los aborígenes que nos atacan a menudo en las montañas del centro, como en Dead man. Por suerte no lo hicieron esta vez. En Barcelona, nuestro viejo tren de carbón se detuvo junto al moderno AVE, con su hocico pasado por el quirófano de la cirugía plástica. Lo observé un buen rato. Un día me subiré en él para ir a pasar consulta con la psicóloga Ilse. En Madrid.

Me monté en el metro junto a un hombre muy anciano: pantalón y chaqueta beige, gorra de béisbol y zapatos oscuros. Tenía una apariencia digna, a pesar de las manchas en su ropa. Arrastraba dos carritos con cajas de cartón de Atrian Bakers repletas de mil historias, que depositó en un lugar donde no molestaran a nadie. Seguramente no pagaba el viaje. Sacó una novelita de cowboys del bolsillo, y la mitad de unas gafas rotas. Acercó el libro a un palmo de su mirada e intercaló el cristal, sin importarle si alguien le observaba. Tenía el cabello cano y seguramente fue guapo hace mucho tiempo. Quizás en la ventana de su memoria recordaba el murmullo del carrusel de atraccciones de una feria en las afueras. Cuando ese ruido alegre le hacía calzar sus zapatos de caminar y buscar la chaqueta adecuada de entretiempo para ir a disparar a las bolas con las escopetas mal calibradas, a montarse en los autoslocos con una chica de L'Alliance Française (con una canción italiana en los altavoces, de fondo romántico), a hacer crujir una tira de coco fresco entre las mandíbulas.

Pronto morirá.

Le miré, y su recuerdo me acompañó a casa. Deposité las bolsas de viaje en el suelo y prendí el ordenador, como hago siempre. Tenía una ecografía del interior de la chica de los ricitos (nunca la había visto tan a fondo) en la bandeja de entrada de hotmail. Su hija parece un poco marciana. En esa etapa fetal cuesta tener atractivo pero, con un poco de suerte, saldrá a su madre y los chicos se pelearán por pasearla en un autoloco de una feria.

Pronto vivirá.

12 comentarios:

    Tras días de silencio, un largo post plagado de historias. Un post pausado, redondo. Un post largo seguramente porque tenías muchas ganas de contarnos cosas.

    Tu siempre observado... suerte del pequeño Hayden que te arranca del ensueño y nos regala vuestros diálogos!

    (Nunca sé como escribirte. Te leo en castellano, pero ya sabes como te hablo).

     

    Gràcies Gemma. En català dona.

     

    acogedor, familiar... me gusta el paréntesis donde se recrea mi mente al leer tus historias, entonces me siento liberada durante un instante del ajetreo incanasable en el que me sume la vida cada día. sigue contándonos cosas ;)

     

    M'ha agradat. Moltes coses, importants per tu, explicades de manera senzilla, observades, com tu saps fer, amb el teu to calmat, tendre, relaxant. Una delícia :)

     

    Bonito post, como siempre muy interesante.
    La canción me encanta, tengo el CD en mis favoritos, ademas estoy leyendo la autobiografía de Jhony Rotten, no tiene desperdicio.
    Feiz Semana.

     

    I mentres passeges per la fira sents la flaire de les ametlles rapinyades, de les pomes amb caramel i del cotó dolç ensucrat!
    I a la terra de la boira...sempre n'hi ha , de boira?
    Bon cap de setmana santa!

     

    Què guai! Expliques tot d'una manera tan deliciosa! :)

     

    Sé de un truco para esas escopetas mal calibradas.En realidad consiste en ver ,apuntando un segundo hacia el suelo , la dirección hacia donde se las ha curvado .Luego cuando apuntas hacia las bolas en su recorrido de derecha a izquierda y viceversa tan solo tienes que disparar encuadrando la mirilla ,en el segundo justo en que llegan al tope de su recorrido , a la izquierda o a la derecha dependiendo del sentido de la curvatura dada a la escopeta.En la décima de segundo que emplea el perdigón en llegar , la bola se ha movido lo justo para situarse en el centro de esa trayectória desviada.
    Bueno , a veces no funciona...
    Pero no sabes la de peluches ,toritos , peines y perritos pilotos que he acumulado a lo largo de mi vida.
    "Dead Man" que película!..Y que imagen logras recrear de ese tren..
    Y veo que continua la cría de caracoles...
    Y la rueda de la vida..

     

    Es un placer pasear por tu cabeza y tu corazón a través de tus escritos.

    Gracias!

     

    Quan vaig llegir aquest post no vaig saber que posar, em va deixar sense paraules,ahir, mentre viatjaba amb tren, em vaig emportar La Tregua de Benedetti, no em cansaré mai d'aquest llibre i de seguida vaig saber que era el que habia d'escriure: -Blanca tiene por lo menos algo de común conmigo: también es una triste con vocación de alegre. Disculpa el meu atreviment, però així et vaig veure, explicant els teus records i els teus presents. Francamament bonic. Un abraç.

     

    Jo era la campeona de "tiro" al blanc al meu poble d'estiu! T'ho prometo. Sobretot amb els cigarrets que s'aguantaven sobre els escuradents plans!!

     

    Gracias Mirielle, Rita, Atikus, Khalina, Xurri. Nunca sé que decir con comentarios así. Sólo eso, que muchas gracias.

    Sento la flaireta Joana, però no m'agrada el dolç. Així que no m'hi aturo. I de boira només n'hi ha tretze o catorze mesos l'any. La resta de temps fa solet. De veritat eh?

    MK, mira que me he leído veces tu comentario, pero no consigo pillar el truco. Mejor me vendes un torito de esos y hago ver que lo he ganado en la barraca de la feria :-). Dead man es buena, sí. La vi en el único festival de cine al que he asistido en mi vida.

    Eva, no trobo atrevit aquest comentari teu. Sóc una mica així. Quan obro la finestra a la vida procuro somriure, però quan la tanco tinc tendència a la tristesa. "La tregua" és el meu llibre preferit, amb "El americano tranquilo" de Graham Greene. De fet, les dues històries s'assemblen una mica: home madur que troba la darrera "treva" de la seva vida en una noia jove. Havia posat el teu blog a la meva llista de "tancats". Veig que t'ha costat, però has tornat a escriure. Et llegiré. I ja t'he recuperat pel món del blogs actius.

    Jaja, et crec Violette. T'imagino treient la punteta de la llengua mentre apuntaves, amb tota la parròquia esperant a veure si l'encertaves.