Omnívoro


Me disgustan las personas de estómago delicado. En catalán se les llama llepafils. "Disculpa que aparte el pimiento, pero me repite", "es culpa mía, debí avisarte que los huevos fritos me sientan fatal", "¿te importa que no me coma la ternera? Es que la carne roja... pero me encanta la guarnición".

Me ponen enfermo. Si hubieran nacido después de la Guerra Civil, como es mi caso, rebañarían cualquier plato con un trozo de pan.

Soy un comensal perfecto, aunque lo ponga en duda la mujer elegante. Me acomodo en la silla, despliego la servilleta para anudarla al cuello y aporreo con el tenedor y el cuchillo en la mesa hasta que me sirvan el primer manjar que tengan a mano (salvo que sean vísceras; mi garganta es incapaz de engullir esos productos).

También evito el queso, y más si ha pasado por el horno. En crudo tolero el Edam y el Havarti, aunque en cantidades escasas. Tampoco aguanto el sabor de la mantequilla cocida, ni de la crema de leche.

Devoro todo tipo de carne (sólo con un punto elevado de cocción), siempre que no lleve un hueso adherido. Me da asco separar lo blando de lo duro. Por eso sufro con los ternascos de las bodas. También me preocupa el contenido de las hamburguesas. Las hago rodar, las volteo con el tenedor, las investigo con la mirada. Y jamás me ofrecen garantías suficientes para acercarlas a la boca.

Me encanta el pescado. Sin espinas, claro. El rape lo degusto con entusiasmo; y sé diseccionar un lenguado. Pero con la merluza, los salomenetes, las sardinas, el bacalao... parece que haga calceta con el cuchillo y el tenedor intentando separar esas astillas asesinas de la carne. Mejor que no me los ofrezcan.

Las cazuelas, los estofados, los fritos me llenan demasiado. Si puedo elegir, prefiero la plancha, las brasas, los hervidos, los vapores.

Las sopas son para el invierno, y si me las sirven en otras épocas del año comienzo a sudar. Las ensaladas son para el verano, y si me las sirven en otras épocas del año me entra un escalofrío. Cada cosa a su tiempo.

El arroz me gusta seco (paella) o hervido -blanco- (con poco grano y mucho líquido. Y dientes de ajo, por supuesto). El caldoso (excepto uno que hace la señora Hayden con calamares y setas) lo regalo al gato de la casa de turno, que es feliz cerca de mis pies.

Jamás cocino pasta (es aburrida, y no soy un deportista de élite para incluirla en mi dieta). Pero, si me la plantan en la mesa, que sea con mucho sofrito y sin hornear. Al dente.

La verdura me encanta, aunque retire discretamente con el cubierto las acelgas, o pida que no me pongan muchas espinacas en el plato.

No pruebo cosas dulces, ni añado azúcar al café con leche desde hace años. Es un sabor que no recuerda mi paladar. Pero tomo todo tipo de fruta (con el punto mínimo de maduración, prácticamente verde), excepto plátanos, manzanas golden, ciruelas, nísperos, uvas, coco... Las piezas deben ser enteras y sin pelar; que no me las sirvan en macedonia o en ensalada.

Bebo cualquier cosa, excepto refrescos, tés, aguas carbonadas y licores (la ginebra sí me gusta).

Engullo todo lo demás. Soy omnívoro. Un comensal perfecto, aunque dude de ello la mujer elegante. Un tipo de después de la guerra (no como esos llepafils malcriados).

PD: La canción es para la Maîtresse Omelettière... Soupière... Crêpière... Macarronière... Boulangère... et Chocolatière. Y sus amigos francófilos.

14 comentarios:

    Esta noche un post tempranero, paseante!

    Efectivamente, lo dudo, y sigo confirmando mis dudas aunque tu sigas negándolo!

     

    Jaja, ya veo que hay duplicidad de identidades en blogville (como diría Violette). Pues me duele que dudes de mi capacidad omnívora, la verdad. Soy muy agradecido en la mesa.

     

    Esto es muy fácil de resolver. Cuando ande yo menos atareada... te puedo poner a prueba! ;)

     

    Si m'ho permets, jo també en dubtaré... Massa excepcions! :)
    Una barcelonina

     

    T'has deixat els cargols.

     

    Bueno, no esta mal esa descripción culinaria jaja!!, yo soy bastante tradicional con la cocina, aunque como casi de todo...prefiero los sabores tradicionales, vamos son con los que mas disfruto, osea buenas materias primas sin grandes aderezos, pescados, carnes, verduras y vino (en esto prefiero el tinto, aunque no me importa comer con blanco o cava, pero para casos muy concretos).
    Los chinos, fast food, hamburgueserías, cocina de encargo, comida preparada... no me convence.

    Probar cosas nuevas, me cuesta pero siempre esta bien, y la nueva cocina bien preparada es fantástica.

     

    Recordo com menjaves voraçment un entrepà del "Pans". Dono fe que ets un Omnívor gens llepafils!

     

    Me acabas de recordar la receta de los huevos fritos con patatas fritas.
    Intentaré recopilar ingredientes indispensables , acompañamientos recomendables , paisajes adecuados y la colgaré en el blog!.
    Una pregunta.
    Defíneme "Comer"

     

    Quasi que dono la raó a la dona elegant ;)

     

    Boníssim!
    Yo que pensaba invitarte a una "salade chèvre chaude", tchts,tchts...

     

    Sento repetir-me, però paseante, quina raó té la senyora elegant! Crec que mai havia vist tantes excepcions! :)

     

    A ver si es verdad Nadia. No hace falta que me preguntes si algo no me gusta. Como de todo.

    Barcelonina incrèdula.

    Emily, ja sé que ara molta gent tindrà angúnia, però menjo caragols. M'encanten.

    Atikus, coincido plenamente contigo. Si no fueras del Real Madrid podríamos ir perfectamente a cenar, y seguramente pediríamos lo mismo de la carta. Eso sí, las camisetas blaugrana, pero el vino blanco, joder.

    Ara m'agrades Alatrencada. Dónes fe que no sóc gens llepafils. Et dec un pans & co :-)

    MK, comer es como el ratito que pierdes con el coche en la gasolinera. Repostar, creo que lo llaman. No soy comilón, pero los huevos fritos con patatas me encantan. Pon la receta (siempre que aporte novedades a la clásica) en el blog. A mí me gusta freír las patatas al punto (es decir, sin que se pongan de color oscuro -primero fuego a tope unos instantes para que tomen consistencia externa, y después fuego lento unos minutos para que se pongan melosas por dentro). Luego echo un par de huevos encima, y cuando comienza a tomar color la clara, los desmenuzo con una cuchara de madera sobre las patatas. Me encanta ese plato, pero lo cocino pocas veces porque es una bomba para la cintura.

    Jaja, Khalina, mira qui parla.

    Arare, dolentota. Salade chèvre chaude... Bufff.

    M, que menjo de tot, coi. Gairebé de tot.

     

    Merci beaucoup pour la chanson, Paseante!

     

    De res Violette. Et va agradar?