Voliana


Siempre que regreso a mi piso de Barcelona temo encontrármelo vacío, desde que hace unos años los cacos reventaran la puerta de mi hogar en la ciudad universitaria y se dedicaran a probarse mi ropa interior y la dejaran abandonada sobre la cama al ver que no era de su talla, para centrarse en la cámara fotográfica con zoom, el ordenador, el aparato de televisión...

Presenté denuncia y al día siguiente llegó la policía judicial para decirme que el despertador en forma de bloque de dinamita era de muy mal gusto. (Me despertaba a base de bombazos, y era legal su utilización.) Me tomaron las huellas digitales para cotejarlas con las que pudieran encontrar en mi vivienda. Elevaron sus piernas sobre los cajones volcados panza arriba, tintaron los frascos de cristal con una sustancia desconocida. "Ya le diremos algo". Han pasado años de esa escena y sigo sin noticias.

Siempre que regreso a mi piso de Barcelona y la puerta sigue firme me entra un gran alivio. Corro la llave en la cerradura, paso al interior y aspiro ese aroma de habitación de hotel ventilada. Después pongo la fruta que nos regalan en esta época del año los campesinos amigos de mis padres en la nevera. Vacío las bolsas de viaje: las medicinas (aspirinas y pastillas de valeriana), las gafas de recambio, el aparato de radio, el libro que leo ahora (Santuario de William Faulkner), el bañador que he utlizado en las piscinas de la tierra de la niebla, el periódico inacabado del domingo, los paquetes de tabaco que no fumo allí pero que llevo por si acaso...

Enciendo el ordenador para revisar el correo, con la lamparilla que emite una luz crepuscular amarilla. Me ha llegado trabajo desde Navarra y mañana les escribiré para decirles que me centraré en ello. Un insecto pretende volar junto al teclado, pero no consigo espantarlo con mis soplidos. Es una especie de mariposa, sin serlo. Mi madre la llamaría voliana, pero desconozco la palabra en castellano. Soplo sus alas. Ni por esas se larga. Así que no insisto. Tampoco quiero aplastarla. Que haga su vida. Ahora está recogidita junto al mouse, y lo muevo despacio mientras envío el presupuesto para esa gente que se dedica a los sanfermines.

Estoy en casa, me ha llegado trabajo, no me han robado y tengo a una señorita (o señorito) acurrucada/o bajo la lámpara que sabe que no la voy a aplastar. Así vivo en mi regreso, que será breve.

Mi mascota inesperada parece tranquila al alcanzar la noche.

11 comentarios:

    Pues esperemos que no tengas más intrusos no invitados que esa voliana!!

     

    Mi agosto se acaba. Mañana vuelvo al trabajo. Mi americana de turno ya se ha instalado, y parece que haremos buenas migas. Es mi intrusa pero pronto dejará de hacerlo. Mis rotuladores de colores siguen coloreando frases aburridas que intento aprender, mis ventanas abiertas siguen destruyendo mi descanso nocturno, y mi querida cisterna del water sigue goteando a su libre albedrío.

    He pasado las vacaciones en casa, con libros, ruido, herramientas y polvo.

    Creo que mi regreso también es tranquilo.

     

    Me gusta la canción del vídeo.

     

    A mi també... l'he escoltada dos cops però haig d'anar a sopar i m'estic del tercer.
    Ben retrobat, Paseante!

     

    Hola Paseante,
    me alegra mucho que a alguien que no conozco le gusten mis dibujos, es un honor. Empecé a leer en tu blog y me ha enganchado a la primera. Me gusta mucho lo que cuentas y cómo lo cuentas. Me he emocionado con "Patoso", aunque me dejó un poso triste, pues es muy duro ver como se cambian los papeles con la edad..
    Estoy segura que seguir leyéndote será un placer…

     

    Lindo post ;}

    yo no aplasto los insectos pq se queda sucio... xD

    Quien te ense�o ese video? yo?
    no me acuerdo o.0 Esa canci�n tiene mucho que ver con la "historia" del medico psicopata de poble nou que me quiere xDDDD

    Un beso ;*

     

    Encara t'acompanya la voliana???

    Ais, a mi tamb� em fa por arribar a casa i veure la porta rebentada. Per� no nom�s quan vaig de viatge, tamb� ho penso de vegades en el dia a dia. La culpa va ser d'una coneguda, que un dia en tornar de la feina va trobar-se la porta oberta, i tampoc sabia si els lladres eren dins. Per sort no li van prendre gran cosa

     

    El gest d´obrir la porta i la tornada...
    ...i la nevera espatllada , el correu escampat per tot el terra..
    ¿Qui es va deixar el sac de menjar de la Colette obert?...els nous inquilins...Saps diuen que quan el mon s´acabi i tota la humanitat amb ell, els insectes seguirán existint i poblant la terra. Veient el panorama de casa meva , no en tinc cap dubte...

     

    Avui he conegut el teu bloc, impactant, i a la Vanessa da Mata, especial. Tornaré a visitar-te. Ah! M'ha emocionat la teva manera de fer-nos conèixer el "Patoso".

    sabateta

     

    Veig que han anat bé les vacances a la terra de la boira...fresquetes?
    Ah! I el pis, sencer!
    M'ha agradat la cançó!
    Bentornat ;)

     

    Bueno, acostumbran a acompañarme otros insectos, pero esa voliana era tan amistosa Atikus...

    Pues no hemos tenido un verano tan diferente Gemma. Mi cisterna también gotea y, cuando tenía un piso mayor, lo compartí con muchas "americanas".

    La recomendaron en un programa de radio Xurri, y como soy curioso...

    Ven retrobada senyoreta cuinera. I a veure si l'escoltes una tercera vegada.

    Gracias Barbeider. A mí me alucinaron tus dibujos. Y cuando consiga eliminar el maldito virus que no detectan mis antivirus podré ponerte un link.

    Jaja, Thaís. Mira que eres cruel. No aplastas los insectos porque queda sucio. No, no me pasaste esa canción, aunque sea número uno en tu país. Es bonita eh?

    No cridem al mal temps Khalina. Segur que no et passa mai. I felicitats pel Sant!!! T'he d'escriure.

    Jaja, MK. Fa poc vaig sentir una entrevista a un científic i va dir que encara que el canvi climàtic acabés amb els humans, no s'acabaria la vida a la Terra. Quedarien els escarabats.

    Gràxies Sabateta, quin nick més xulo!

    Gràcies Joana. Sí, fresquet a la terra de la boira.